31 de octubre de 2009

Rostro vigilante


Un rostro me persigue tras los recuerdos.

Me niego a la idea de un amor perdido,
sin embargo, lo deseo.

Me detengo ante una mirada.

Inmersa en las llanuras del saber
te encuentro,
aún más quebrada y dolorosa.

Drago tu camino de espinas
y sombras difusas,
me hiero con tus labios
humedecidos en lágrimas marchitas
y sueños extravagantes.

El futuro es distante,
el pasado es la culpa
que vigila tras las acciones.

Hoy abandono mi mundo;
hoy he de morir en mí,
mañana he de nacer en tí.

El recuerdo me ha vencido
y vuelvo a ser feliz.

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