29 de octubre de 2009

Rosa caída


No hay peor muerte que la de haber visto caer el amor de una rosa,

cuando entre el tierno amanecer de un alma infinita

y una suave y helada brisa de invierno,

la noche murmura ciegamente

y sin lágrimas los anhelos de una nueva vida.


Sobre las cenizas de una antigua historia

ha de caer un último pétalo;

tan árido como el mismo tiempo,

tan olvidado como los recuerdos

entre los laberintos enigmáticos de la memoria;

sentenciado al final oscuro e indescifrable del amor.

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