toca la melodía más dulce, más trágica y triste
que tu corazón esconde.
Siente tus pupilas dilatarse
ante el sonido del recuerdo.
Compone el destino de tus manos
tras la sombra de tus dedos
y persigue cada nota
hasta ver el rostro más perfecto
imbuido por la vida perniciosa de la realidad.
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