2 de noviembre de 2009

Allí estás amor


Un mar oscuro se pierde en la tersura de tu piel,


en la dulzura de tus ojos refulgentes,


en los sueños de tus deseos nublados.



Y te veo,


envuelta de estrellas furtivas,


iluminada por las cálidas tinieblas de la noche.



Y te siento,


inocentemente lejana del mundo,


fugazmente cercana a mi corazón.



Te hundes en lagunas sin tiempo


y caes rendida a los pies del olvido.



Y te encuentro perdida en tí misma,


en mis lágrimas, en mi amor, en mi alma.



Y allí estás,


frágil como el lirio,
bella como la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Éste es uno de los poemas que más me gusto. Me hiciste sentir cada una de las palabras cómo si las estuviera viviendo.
Me gusto mucho el blog.

Rocío Pereyra.